La cosmovisión yoruba se caracteriza por una profunda conexión con lo divino a través de sus creencias en el ser supremo Olodumare y los orishas o deidades que gobiernan las fuerzas de la naturaleza. La espiritualidad yoruba es un canal de comunicación directa con estas energías sagradas.
Los practicantes buscan mantener un equilibrio constante con la divinidad mediante ritos, ofrendas y una devoción respetuosa hacia los orishas. Cada creyente desarrolla una relación especial con su orisha tutelar, que lo guía y protege.
Elementos clave como la adoración ancestral, la concepción del alma y el más allá, la importancia de la naturaleza, la ética comunitaria y los valores de respeto a las tradiciones conforman la cosmovisión espiritual yoruba.
Los ritos iniciáticos y ceremoniales, donde se invoca la presencia de los orishas a través de cantos, rezos, danzas y sacrificios, reafirman el vínculo místico con la divinidad. El trance y la posesión permiten la comunicación directa con las deidades.
En resumen, la espiritualidad yoruba ofrece una visión del mundo integrada en la que lo material y lo invisible se entrelazan de manera natural, y los seres humanos pueden interactuar con dimensiones superiores de existencia.