El alma y el más allá en las creencias yorubas
La espiritualidad yoruba tiene conceptos propios sobre la esencia del alma humana y su destino post-mortem en un plano invisible.
El Ori y el Eledá
Para los yorubas el Ori es el componente espiritual que define la personalidad y destino de cada persona. El Eledá es el ángel guardián ligado al Ori que guía al individuo.
El Ori contiene la fuerza vital Ashé que los orishas conceden al ser humano desde antes de nacer.
Reencarnación e influencia ancestral
Se cree que después de la muerte el Ori regresa al mundo para animar un nuevo cuerpo en un ciclo interminable. Por ello se veneran los egun o ancestros reencarnados.
Los actos y carácter de cada persona influyen en sus futuras encarnaciones. Esto incentiva el buen comportamiento.
El Orun y otras dimensiones invisibles
El Orun es el plano espiritual invisible donde residen los orishas y egun. Allí retornan los Ori tras la muerte antes de reencarnarse.
Otros planos místicos son el Orum donde moran los ancestros y el Igbá-Ilú o bosque sagrado de espíritus.
Olodumare permanece en el cielo supremo más allá de todo.
En síntesis, los yorubas conciben el alma y la existencia como un ciclo interconectado entre lo material y lo trascendente, que influencia a vivos y muertos.